LA LITERATURA COMO COMUNICACION

 El hombre desea muchas veces que perdure su  comunicación. Ello le lleva a crear un lenguaje sustituto que fije el lenguaje oral. Es el Lenguaje escrito o escritura.

  • Toda obra literaria es un mensaje que lansa un emisor destinado a un receptor. Se trata, por tanto,  de un acto de comunicación, claramente diferenciado de la comunicación que establecemos con el uso ordinario del lenguaje.
  • Veamos ahora como se presentan estos elementos en el caso de la comunicación literaria
EL emisor = autor. EL emisor literario recibe nombre de autor.  Es un emisor de especial relieve. poseedor de cualidades singulares.

  • Es un creador,  en el sentido de que produce una obra con la intención de que perdure. en un mensaje ordinario,  lo que nos interesa es su eficacia, no su perduración. por ellos,  una conversación corriente o una noticia periódica no son obras ni son creaciones. En este sentido la literatura es creación (como la pintura, escultura, entre otras).
El receptor  = lector. El receptor de la obra literaria es el lector, el oyente de una canción,  de una lectura, de recital,  entre otras, o el espectador de una función de teatro. El conjunto de lectores, oyentes,  o espectadores constituye el publico.

  • El rasgo diferencial de quienes forman el  publico es que no pueden establecer comunicación recíproca con el emisor ( = autor). Este tal vez ha muerto,  o no se le conoce. Si tratan al autor,  podrán hablar con el acerca de su obra. Tal conversión sera un acto de comunicación normal que tendrá por objeto el mensaje artístico, pero que dejara intacto este, igual que si hablamos de un cuadro o de una opera. 
El canal. El canal normal de la literatura es el papel manuscrito y, sobre todo,  impreso (revistas,  periódicos, libros, entre otros). Pero existen también canales orales: la canción, el disco, la transmisión radiofónica y la representación teatral, especialmente.

El mensaje. En el mensaje ordinario,  lo importante es el contenido. Al codificarlo,  el hablante solo espira ser entendido. Un contenido como: Recibiste unas obras que te envía hace dos semanas?, puedo codificarlo así o de otras maneras: Te envié hace dos semanas unas obras literarias; Las recibiste?; Están en tu poder unas obras literarias que te  envié hace dos semanas?, entre otras.

  • El mensaje literario, en cambio, ha sido codificado así, precisamente así,  por el auto,  con el deseo de que no sea modificado. Su intención es que perdure de ese modo.
  • Por otra parte,  el receptor ha de ir a buscar ese mensaje atraído por razones que no sean la utilidad inmediata. De ahí a que el autor tenga que extremar los cuidados cuando lo codifica, tanto en lo que dice como en modo de decirlo.
El contexto. Ya sabemos que,  en la comunicación ordinaria,  en contexto, es factor decisivo para descodificar el contenido de un mensaje.

  • Pero sucede que, en la comunicación literaria,  el autor y el lector no comparten el mismos contexto. En la lectura,  el autor no participa: a ese acto asisten solo su mensaje (su obra) y el lector. La obra lanza unos estímulos al lector, y este debe emprenderlos y valorarlos. 
  • El contexto, en la comunicación literaria,  esta formado pues, por la obra y el lector. Ello quiere decir que son potencial mente innumerables los contextos en que puede actuar las obra literaria: Tanto como lectores.
El código. Del mismo modo,  es uso del código es diferente en las comunicaciones normal y literaria.
  • El código literario,  en efecto,  es,  básicamente, el estándar común.  Pero matizado con peculiaridades particulares de la lengua escrita culta (en sintaxis, especialmente) , con el empleo de palabras usuales, y con artificios,  en general, que violan lo que es normal en la lengua. Para muchos Lingüistas, el lenguaje literario constituye un desvío respecto del estándar común.



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