LA DESCRIPCIÓN

Describir es explicar, de forma detallada y ordenada, cómo son las personas, los lugares o los objetos. La descripción sirve sobre todo para ambientar la acción y crear una atmósfera que haga más creíbles los hechos que se narran. Muchas veces, las descripciones contribuyen a detener la acción y preparar el escenario de los hechos que siguen.

Describir un ser o un objeto es presentarlo por medio de las palabras, de forma que el receptor pueda hacerse una idea precisa de cómo es; es decir, consiste en presentar las partes o los rasgos característicos de seres, lugares, ambientes, objetos, sentimientos o fenómenos.  Por tanto, la realización de una descripción exige seguir una serie de pasos o fases, entre los que destacan los siguientes:
  1. La observación minuciosa del objeto que se va a describir.
  2. La selección de los rasgos característicos que distinguen a ese objeto: su forma, su color, su tamaño, sus constituyentes…
  3. La disposición de los elementos seleccionados: de arriba abajo, de derecha a izquierda, de lo anterior a lo posterior…
  4. La redacción de la descripción, siempre de acuerdo con los objetivos que se busquen: exactitud, expresividad…


TIPOS DE DESCRIPCIÓN

Hay distintos tipos de descripción y cada uno de ellos presenta unos requisitos peculiares:
-          La descripción técnica, por ejemplo, se caracteriza por su precisión, claridad y objetividad.
-          En la descripción literaria, en cambio, pueden ser más importantes la expresividad o la capacidad de evocar determinados sentimientos.
Según los rasgos de la realidad que el emisor seleccione, la descripción puede ser:

  • La descripción exhaustiva refleja de forma detallada y meticulosa todos los rasgos de la realidad que se quiere representar, mostrándola a veces desde puntos de vista distintos. Esta forma de descripción es propia de los textos científicos y técnicos. Ejemplo: albaricoque [...] Fruta parecida al melocotón, pero de menor tamaño, con piel de color amarillento y de superficie lisa, pulpa dulce y aromática y semilla en forma de hueso acorazonado del que se extrae un aceite semejante al de las almendras.   

  • La descripción selectiva presenta solo los rasgos más significativos o expresivos de la realidad descrita. Ejemplo: “Asomaban los albaricoques entre el follaje como rosadas mejillas de niño”.

Según el tratamiento que el emisor dé a la realidad que describe, la descripción puede ser:

  • La descripción estática presenta una realidad fija, estable. Ejemplo:

España es abondada de mieses, deleitosa de fructas, viciosa de pescados, sabrosa de leche et de todas las cosas que se della facen; llena de venados et de caça, cubierta de ganados, loçana de caballos, provechosa de mulos, segura et abatida de castiellos, alegre por buenos vinos, folgada de abondamiento de pan; rica en metales, de plomo, de estaño, de argent vivo, de fierro, de arambre, de plata, de oro, de piedras preciosas, de toda manera de piedra de mármol, de sales de mar et de salinas de tierra de sal en peñas, et dotros mineros muchos.                  Crónica general de España, Alfonso X El Sabio.

  • La descripción dinámica presenta una realidad cambiante.

Ejemplo: “Entonces, empujando una gruesa línea de nubes plomizas que negreaba en el horizonte, un viento frío y húmedo empezó a soplar desde el este”.    El capitán Alatriste, Arturo Pérez Reverte.
Según la intención comunicativa del emisor, su punto de vista, la descripción puede ser:

  • La descripción objetiva es propia de los textos científicos y técnicos. Tiene una finalidad informativa: pretende mostrar la realidad tal como es. En ella, el emisor se limita a reflejar lo que ve de una manera minuciosa y precisa, sin manifestar sus propios sentimientos o emociones. Este tipo de descripción utiliza un lenguaje objetivo y riguroso. Ejemplo: “El refranero es un libro en el que se recogen refranes, máximas, aforismos, etc.”

  • La descripción subjetiva es propia de los textos literarios. Tiene una finalidad estética. El emisor no se preocupa tanto de reflejar la realidad como de dar cuenta de los efectos que esa realidad produce en su ánimo; por eso, la descripción pierde en minuciosidad y exactitud y se llena de valoraciones personales que transmiten al receptor las emociones y sentimientos de quien hace la descripción. Ejemplo: “Hay en ella un sosiego, una paz exterior, que puede provenir de frialdad de espíritu y de corazón, de estar muy sobre sí y de calcularlo todo, sintiendo poco o nada, y pudiera provenir también de otras prendas que hubiera en su alma; de la tranquilidad de su conciencia, de la pureza de sus aspiraciones y del pensamiento de cumplir en esta vida con los deberes que la sociedad impone, fijando la mente, como término, en esperanzas más altas.”

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